miércoles, 31 de julio de 2013

Vigésimo cuarto golpe de katana. In memoriam: James Gandolfini

Gran actor, James Gandolfini.

 

Y menudo personaje era Tony Soprano... Normal que sufriera los ataques de pánico. Con todo lo que tenía en la cabeza: una esposa que no aceptaba su papel de mamma-aguantalotodo y necesitaba sentirse valorada, unos hijos malcriados y bocazas, un sobrino que buscaba la independencia en el negocio, un tío que quería mandar sin saber realmente cómo hacerlo, una madre manipuladora, unos capos tontos del culo, unos mafiosos neoyorquinos que no pensaban bajarse los pantalones ante los de New Jersey, queridas, queridas y más queridas, una psicóloga que preguntaba más de la cuenta...
 
Muy buenas todas las temporadas y, bajo mi humilde opinión, buenísimo final.
 
Hace poco murió Mr. Gandolfini; en esta ocasión, el ataque fue al corazón. Como actor consiguió en pocos años lo que muchos jamás lograrán: ser recordado por interpretar al protagonista de una de las mejores serie de la Historia.
 
Jamás olvidaré todos aquellos domingos por la noche en el Plus: Atención, que aquí llega Tony Soprano al volante de su coche, recorriendo el trayecto de New York a New Jersey, que da para un puro de los grandes, al ritmo de Woke Up This Morning de Alabama 3.
 
See you, Tony.
 


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