Hay quién dice que Quentin Tarantino se limita a copiar.
No estoy de acuerdo.
Sí creo que ha visto mucho, mucho cine (americano, por supuesto, pero también francés, japonés, italiano...) y de todas las épocas, y se le han quedado grabadas en la cabeza imágenes, frases e ideas que después él sabe reciclar con su propio y peculiar estilo.
Para mí, eso no es copiar. Es reutilizar de un modo original cosas que ya existen. Porque, para qué engañarnos, en este mundo ya está todo inventado, y en el cine ni te cuento.
En Pulp fiction (1994), Tarantino hace su personal homenaje al cine negro, y en especial al ciclo de películas tan fructíferas en este género que se sucedieron entre los años 1944 y 1959.
Aquí va un ejemplo del que muchos han hablado.
¿Os suena la escena del maletín?
Mucho se ha hablado de lo que contenía dicho maletín. Las más evidentes són dinero y drogas, pero ¿a qué se debe ese fulgor que emana de su interior? Aquí es cuando surge la teoría de los lingotes de oro e incluso explicaciones más esotéricas como el alma de Marcellus Wallace, el jefe. Esa teoría no es mía, lo juro. Los que intentaban justificarla iban más allá y decían que la gran tirita que lleva en el cogote Marcellus Wallace cuando suelta su discurso al personaje de Bruce Willis para amañar el el combate de boxeo, es la prueba de que alguien, con algún extraño conjuro, le ha extraído el alma. Vaya tela.
Yo no voy a ir tan lejos, aunque sí me voy a remontar a un clásico del cine negro: El beso mortal (Kiss me deadly, 1955) de Robert Aldrich. En esta película, el detective Mike Hammer investiga un caso en el que todos sienten un gran interés por saber donde se encuentra una extraña maleta. Cuando descubre su paradero, esto es lo que pasa:
Después de abrasarse la muñeca, el bueno de Hammer decide cerrarla. Conforme avanza la película descubrimos que en su interior se oculta una especie de minibomba atómica, y esto es lo que sucede cuando la curiosa femme fatale se empeña en ver su contenido, a pesar de las advertencias:
Kiss me deadly está basada en la novela homónima de Mickey Spillane, escrita en 1952. Uno de los clásicos de la literatura pulp. En dicha novela, el contenido de la maleta no es otro que un millón de dólares en heroína. Ni más ni menos. ¿A qué se debe el cambio en la película? Pues a que por el año 1955 no se podía hacer referencia en el cine a ningún tipo de droga. Como si nunca hubiesen existido...
Así que pregunto: ¿Qué hay en la maleta que abre Vincent Vega? A juzgar por su sonrisa bobalicona cuando responde "sí, estamos contentos", y teniendo en cuenta su adicción a la heroína, creo que la respuesta es clara.
O no. Porque para eso están los enigmas del cine, para perder el tiempo haciendo suposiciones.
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