WALKER (A
Quemarropa, 1967)
A este tío se la jugaron pero bien. Después de dar un buen golpe, su socio y su parienta lo dejaron medio muerto y se largaron con el botín. Tras recobrarse de las heridas, sale en su búsqueda para recuperar lo que le pertenece: su parte de la pasta y el orgullo perdido. Eso es todo lo que quiere, y no le importará llevarse a unos cuantos por delante.
Éste es un fenómeno. Se pasa las leyes por el mismísimo forro y a ver quién le dice algo. Da igual si lo suspenden de empleo y sueldo o si lo apartan del departamento de investigación; él sigue con lo suyo. Saca su Magnum, apunta a la chusma en plena cara y, retándolos a que muevan un solo dedo, suelta: "Anda, alégrame el día". Las calles de San Francisco nunca han estado tan bien protegidas.
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PAUL
KERSEY
(Saga de El Justiciero de la Ciudad, 1974-1994)
Qué cosas tiene la vida. Este señor trajeado y con bigote chicano era arquitecto. Sin embargo unos pandilleros mataron a su mujer y violaron a su hija. A pesar de que el tío se declaraba objetor de conciencia, hay cosas que uno no puede tolerar. Y a donde no llega la policía, él sí. Lo hace a lo grande y es efectivo. Para qué negarlo, este tipo es un poco cenizo. A lo largo de todas las películas, vaya donde vaya, matan a los pocos familiares y amigos que le quedan. Y, claro, él se venga repartiendo estopa. Tampoco le echaremos nada en cara; los delincuentes que se lleva por delante son desagradables, horteras y piden a gritos un tiro entre ceja y ceja.
Aquí va uno que tiene las cosas claras. Su lema es: "El crimen es una plaga y yo soy el remedio". Se puede decir más alto pero no más claro. Con sus gafas de aviador, sus guantes negros de piel y esa cerilla bailándole entre los labios, prefiere freír a los delincuentes antes que detenerlos. Así ahorra papeleo a la administración de justicia. El tío es chulo de verdad. Pero chulo, chulo. Y yo no seré el que le lleve la contraria.
Éste está zumbado. Si no, que se lo pregunten a su compañero. Cuando lo conocimos, el tío estaba hecho polvo, instalado en una cochambrosa caravana y muerto de ganas por largarse al otro barrio. Después parece que su salud mental va mejorando, pero está claro que todavía le quedan algunos tornillos por ajustar. Eso sí, el tío es una máquina. Él es la verdadera arma letal del título.
Los terroristas no sabían con quién se la estaban jugando. Ya podía ir descalzo y desarmado, que no había quién tuviera huevos de acabar con él. Ya sea en un rascacielos, un aeropuerto o en pleno Nueva York. Como él mismo dice a uno de los terroristas: "Soy un mosquito impertinente, un grano en el culo". Es el poli fuera de servicio más ocupado que ha conocido el cine. Le encanta disparar al grito de "¡Yippee-ki-yay, hijo de puta!".
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Aquí tenemos a uno que está bastante perdido, pero una cosa sí tiene clara: el tío es una máquina de matar. A lo largo de las tres entregas va desenmarañando todo el tinglado que tiene montado el govierno de los EEUU con sus asesinos teledirigidos. Y cuanto más escarba, más apesta lo que encuentra. Se mueve por todo el mundo defendiéndose de esos sicarios que han recibido el mismo entrenamiento que él, y se deshace de ellos a base de mamporros muy bien dados y tiros a mansalva. La saga ha continuado, pero Matt Damon es insuperable.
JAMES BOND (Casino Royale, 2006)
Muchos han sido los actores que han interpretado a Bond, pero ninguno tan bruto como este último. Si hace falta, el tío atraviesa paredes mientras persigue a un africano que brinca como un mono. Y si lo torturan machacándole los huevos, se limita a decir que le rasquen un poco más a la izquierda. Vaya crack. Un buen revulsivo para un personaje que estaba punto de caer en el abismo.
Tete's quality touch
Tete's quality touch
BRYAN MILLS (Venganza, 2008)
El Sr. Liam Neeson (sí, el de la Lista
Schindler, hay que ver) interpreta en esta peli a un
padre sobreprotector al que unos desalmados secuentran a su hijita (eso te pasa
por gustarte U2) El tío cruza medio mundo repartiendo hostias como panes... sí,
y esos panes son de tonelada... Mezcla de Jack Bauer, Bourne y Stan de American
dad... imprescindible... en serio...
Con el siguiente golpe de katana: Mujeres de mucho cuidado. Y es que las damas también saben repartir estopa.