martes, 25 de septiembre de 2012

Octavo golpe de katana. Los buenos también saben dar caña.


El cine de acción está lleno de tipos duros… Por suerte, algunos son de los buenos.
Cuando las cosas se ponen chungas, se lían la manta a la cabeza, en lugar de quedarse hechos un ovillo en el primer rincón que encuentran, y la lían parda.
No es facil hacer lo que ellos hacen, pero tienen un secreto: no les queda nada que perder.
En esta lista podrían entrar personajes interpretados por Steven Seagal, Arnold Schwarzenegger, Jean-Claude Van Damme, Chow Yun Fat, Chuck Norris (el tío más duro de todas las épocas y que tendrá una entrada exclusiva próximamente) y tantos otros, pero aquí van mis preferidos:

WALKER (A Quemarropa, 1967)
A este tío se la jugaron pero bien. Después de dar un buen golpe, su socio y su parienta lo dejaron medio muerto y se largaron con el botín. Tras recobrarse de las heridas,  sale en su búsqueda para recuperar lo que le pertenece: su parte de la pasta y el orgullo perdido. Eso es todo lo que quiere, y no le importará llevarse a unos cuantos por delante.

HARRY CALLAHAN (Saga de Harry el Sucio, 1971-1988)
Éste es un fenómeno. Se pasa las leyes por el mismísimo forro y a ver quién le dice algo. Da igual si lo suspenden de empleo y sueldo o si lo apartan del departamento de investigación; él sigue con lo suyo. Saca su Magnum, apunta a la chusma en plena cara y, retándolos a que muevan un solo dedo, suelta: "Anda, alégrame el día". Las calles de San Francisco nunca han estado tan bien protegidas.



PAUL KERSEY (Saga de El Justiciero de la Ciudad, 1974-1994)
Qué cosas tiene la vida. Este señor trajeado y con bigote chicano era arquitecto. Sin embargo unos pandilleros mataron a su mujer y violaron a su hija. A pesar de que el tío se declaraba objetor de conciencia, hay cosas que uno no puede tolerar. Y a donde no llega la policía, él sí. Lo hace a lo grande y es efectivo. Para qué negarlo, este tipo es un poco cenizo. A lo largo de todas las películas, vaya donde vaya, matan a los pocos familiares y amigos que le quedan. Y, claro, él se venga repartiendo estopa. Tampoco le echaremos nada en cara; los delincuentes que se lleva por delante son desagradables, horteras y piden a gritos un tiro entre ceja y ceja.


TENIENTE COBRETTI (Cobra, 1986)
Aquí va uno que tiene las cosas claras. Su lema es: "El crimen es una plaga y yo soy el remedio". Se puede decir más alto pero no más claro. Con sus gafas de aviador, sus guantes negros de piel y esa cerilla bailándole entre los labios, prefiere freír a los delincuentes antes que detenerlos. Así ahorra papeleo a la administración de justicia. El tío es chulo de verdad. Pero chulo, chulo. Y yo no seré el que le lleve la contraria.
 
MARTIN RIGGS (Saga Arma Letal, 1987-1998)
Éste está zumbado. Si no, que se lo pregunten a su compañero. Cuando lo conocimos, el tío estaba hecho polvo, instalado en una cochambrosa caravana y muerto de ganas por largarse al otro barrio. Después parece que su salud mental va mejorando, pero está claro que todavía le quedan algunos tornillos por ajustar. Eso sí, el tío es una máquina. Él es la verdadera arma letal del título. 
 
 
JOHN McCLANE (Saga Jungla de Cristal, 1988-2013)
Los terroristas no sabían con quién se la estaban jugando. Ya podía ir descalzo y desarmado, que no había quién tuviera huevos de acabar con él. Ya sea en un rascacielos, un aeropuerto o en pleno Nueva York. Como él mismo dice a uno de los terroristas: "Soy un mosquito impertinente, un grano en el culo". Es el poli fuera de servicio más ocupado que ha conocido el cine. Le encanta disparar al grito de "¡Yippee-ki-yay, hijo de puta!".
 
 
 JASON BOURNE (Saga Bourne, 2002-2007)

Aquí tenemos a uno que está bastante perdido, pero una cosa sí tiene clara: el tío es una máquina de matar. A lo largo de las tres entregas va desenmarañando todo el tinglado que tiene montado el govierno de los EEUU con sus asesinos teledirigidos. Y cuanto más escarba, más apesta lo que encuentra. Se mueve por todo el mundo defendiéndose de esos sicarios que han recibido el mismo entrenamiento que él, y se deshace de ellos a base de mamporros muy bien dados y tiros a mansalva. La saga ha continuado, pero Matt Damon es insuperable.


 
JOHN CREASY (El Fuego de la Venganza, 2004)

Los mexicanos no sólo han secuestrado a la indefensa niñita que él protegía, sino que encima dicen que la han matado... Panda de pendejos, a eso se le llama cagarla a lo grande. Porque este tío va a ir a por vosotros y no va a dejar a ninguno en pie. No le importa morir; ya hace tiempo que ha llegado a esa conclusión. Así que lo mejor que podéis hacer es zamparos un último burrito y rezar a la Virgen de la Muerte, porque de esta no os salva nadie.
 
 
JAMES BOND (Casino Royale, 2006)
Muchos han sido los actores que han interpretado a Bond, pero ninguno tan bruto como este último. Si hace falta, el tío atraviesa paredes mientras persigue a un africano que brinca como un mono. Y si lo torturan machacándole los huevos, se limita a decir que le rasquen un poco más a la izquierda. Vaya crack. Un buen revulsivo para un personaje que estaba punto de caer en el abismo.


Tete's quality touch 

BRYAN MILLS (Venganza, 2008)
 
El Sr. Liam Neeson (sí, el de la Lista Schindler, hay que ver) interpreta en esta peli a un padre sobreprotector al que unos desalmados secuentran a su hijita (eso te pasa por gustarte U2) El tío cruza medio mundo repartiendo hostias como panes... sí, y esos panes son de tonelada... Mezcla de Jack Bauer, Bourne y Stan de American dad... imprescindible... en serio...


 
Con el siguiente golpe de katana: Mujeres de mucho cuidado. Y es que las damas también saben repartir estopa.



sábado, 15 de septiembre de 2012

Séptimo golpe de katana. Influencias de Tarantino.

Aquí va un plano de Kill Bill (Quentin Tarantino, 2003-2004):



Y aquí va otro del año 1973:
 
 
La película es Lady Snowblood de Toshiya Fuyita, y está basada en el manga del mismo nombre, escrito por Kazuo Koike e ilustrado por Kazuo Kamimura.
Qué decir de Kazuo Koike, el creador de El lobo solitario y su cachorro y Asa, el ejecutor (sí, señor, ése es mi nombre), pero esta vez nos dedicaremos a Yuki, la protagonista de esta historia de venganza.
 
 
Su trama:
En Japón, durante la era Meiji, Sayo Kashima está en la cárcel por homicidio. Mataron a su marido y a su hijo, y luego la violaron durante dos días y dos noches. En un descuido de uno de sus captores pudo matarlo, y por eso cumple ahora condena. Pero ella, ni olvida ni perdona. Quiere venganza, pero la cadena perpetua le impide cumplirla. Por eso fornica con todo carcelero que se cruza en su camino para quedar embarazada, y así nace una niña, destinada a vengarla.
Años después, Syura-Yuki Hime es la terrible asesina a sueldo Lady Snowblood, que vende sus servicios muy caros. Entre trabajo y trabajo, buscará la manera de vengar la memoria de su madre, y limpiar su nombre.
 
Y éstos son los asesinos que debe encontrar y matar para cumplir su promesa de venganza:
 
 
 
 
 
Por si alguien todavía tenía dudas de que Tarantino es un fan de la película Lady Snowblood, aquí va un tema de su banda sonora que el director norteamericano utiliza también en su propia historia: Shura no Hara (flores de la matanza).
 

 

lunes, 10 de septiembre de 2012

Sexto golpe de katana. La maleta de Pulp Fiction.

Hay quién dice que Quentin Tarantino se limita a copiar.
No estoy de acuerdo.
Sí creo que ha visto mucho, mucho cine (americano, por supuesto, pero también francés, japonés, italiano...) y de todas las épocas, y se le han quedado grabadas en la cabeza imágenes, frases e ideas que después él sabe reciclar con su propio y peculiar estilo.
Para mí, eso no es copiar. Es reutilizar de un modo original cosas que ya existen. Porque, para qué engañarnos, en este mundo ya está todo inventado, y en el cine ni te cuento.
 
En Pulp fiction (1994), Tarantino hace su personal homenaje al cine negro, y en especial al ciclo de películas tan fructíferas en este género que se sucedieron entre los años 1944 y 1959.
 
Aquí va un ejemplo del que muchos han hablado.
¿Os suena la escena del maletín?
 
 
Mucho se ha hablado de lo que contenía dicho maletín. Las más evidentes són dinero y drogas, pero ¿a qué se debe ese fulgor que emana de su interior? Aquí es cuando surge la teoría de los lingotes de oro e incluso explicaciones más esotéricas como el alma de Marcellus Wallace, el jefe. Esa teoría no es mía, lo juro. Los que intentaban justificarla iban más allá y decían que la gran tirita que lleva en el cogote Marcellus Wallace cuando suelta su discurso al personaje de Bruce Willis para amañar el el combate de boxeo, es la prueba de que alguien, con algún extraño conjuro, le ha extraído el alma. Vaya tela.
 
Yo no voy a ir tan lejos, aunque sí me voy a remontar a un clásico del cine negro: El beso mortal (Kiss me deadly, 1955) de Robert Aldrich. En esta película, el detective Mike Hammer investiga un caso en el que todos sienten un gran interés por saber donde se encuentra una extraña maleta. Cuando descubre su paradero, esto es lo que pasa:
 

Después de abrasarse la muñeca, el bueno de Hammer decide cerrarla. Conforme avanza la película descubrimos que en su interior se oculta una especie de minibomba atómica, y esto es lo que sucede cuando la curiosa femme fatale se empeña en ver su contenido, a pesar de las advertencias:



Kiss me deadly está basada en la novela homónima de Mickey Spillane, escrita en 1952. Uno de los clásicos de la literatura pulp. En dicha novela, el contenido de la maleta no es otro que un millón de dólares en heroína. Ni más ni menos. ¿A qué se debe el cambio en la película? Pues a que por el año 1955 no se podía hacer referencia en el cine a ningún tipo de droga. Como si nunca hubiesen existido...


Así que pregunto: ¿Qué hay en la maleta que abre Vincent Vega? A juzgar por su sonrisa bobalicona cuando responde "sí, estamos contentos", y teniendo en cuenta su adicción a la heroína, creo que la respuesta es clara.

O no. Porque para eso están los enigmas del cine, para perder el tiempo haciendo suposiciones.
 

domingo, 2 de septiembre de 2012

Quinto golpe de katana. Elmore Leonard.

Elmore Leonard es un crack.
 
El puto amo.
Aun así, muchos ni siquiera han oído hablar de él. O eso creen. Seguro que si nombro Jackie Brown dirán:
 
-Aaaah, pero esa es una peli de Tarantino, ¿no?
 
Sí, hombre, sí. Y el guion también es suyo. Pero la novela en que se basa (y de la que beben gran parte de los diálogos) es de Elmore Leonard.
Y no es la única. Ni mucho menos.
Elmore Leonard, con la friolera de 87 años (nació en 1925 en Nueva Orleans), comenzó escribiendo westerns en los años cincuenta. Con el tiempo se pasó a una temática criminal más actual  y cargada de suspense, hasta convertirse en uno de los mejores escritores de novela negra.
 
Y, aun así, a muchos ni les suena su nombre.
Y, aun así, es difícil encontrar todas sus novelas traducidas.
Sus tramas son geniales y sus diálogos la bomba. Crudos, realistas y cargados de ironía. Muchos de sus personajes son todos unos perdedores natos de los que puedes esperar cualquier cosa. Sus protagonistas tienen tanto carisma que te atrapan desde su primera frase. Chili Palmer, Jack Foley, Raylan Givens, Karen Sisco,… Así hasta llegar a las 60 obras, entre las cuales cincuenta son novelas y el resto guiones cinematográficos y relatos.
No es que me apetezca hacer una selección de sus mejores novelas, porque todas son la repera, pero sí me gustaría destacar algunas:
 
-Jugar duro (1983)
-Joe LaBrava (1983)
 
-Fulgor de muerte (1985)
 
-Cómo conquistar Hollywood (1990)
 
-Cóctel explosivo (1992)

-Pronto (1993) 
-Tú ganas, Jack (1996)
 
-Cuba libre (1998)
-Almas paganas (2000)
 
-Perros callejeros (2009)
 
 
Algunas de las mejores adaptaciones de sus novelas:
 
-Mr Majestyk (Richard Fleischer, 1974). Novela homónima.


 
-52 Pick-up (John Frankenheimer, 1986). Novela Chantaje mortal.

 
-Cómo conquistar Hollywood (Barry Sonnenfeld, 1995). Novela homónima.
 
 
-Jackie Brown (Quentin Tarantino, 1997). Novela Cóctel explosivo.
 
 
-Un romance muy peligroso (Steven Soderbergh, 1998). Novela Tú ganas, Jack.
 
 

En 2010 comenzó a emitirse la serie de televisión Justified, basada en uno de los personajes de Leonard: el Marshal Raylan Givens, un tipo que cuando le apuntan con una pistola se limita a decir:
 
-Úsala o tírala.